- “Vemos claras señales de progreso”, señaló la Directora Ejecutiva del Consejo del Salmón, Joanna Davidovich.
- Además, afirmó que sería incorrecto afirmar basándose en el estudio que el organismo no recomienda el consumo de salmón chileno, siendo que el 55% de la producción chilena cumple con certificaciones internacionales como ASC que el Seafood Watch sí reconoce.
El Consejo del Salmón, –asociación que reúne a cinco empresas productoras de salmón de amplia trayectoria como AquaChile, Australis, Cermaq, Mowi y Salmones Aysén– se refirió esta tarde al último informe del Seafood Watch for Aquaculture y su edición especial para Chile, el CSARP (Chilean Salmon Antibiotic Reduction Program) que emitió recomendaciones de consumo para el salmón chileno. Al respecto, el Consejo del Salmón señaló que el gremio está adherido al programa desde el mes de agosto del año pasado, esto con el fin de avanzar en la reducción de antibióticos a través del acceso y análisis de datos relevantes de la industria en completa transparencia, esto en conjunto a un organismo internacional de prestigio como lo es el Monterrey Bay Aquarium.
“A diferencia de las opiniones dadas a conocer por algunas ONGs ante los resultados del más reciente índice del Seafood Watch –conocido ya en diciembre pasado–, como gremio vemos que éste trae buenas noticias para el sector y para el país”, apunto la directora ejecutiva del Consejo del Salmón, Joanna Davidovich.
Así, el Consejo del Salmón destaca que el índice del Seafood Watch considera que los centros que cuentan con la certificación internacional del Aquaculture Stewardship Council (ASC) pueden considerarse bajo la clasificación amarilla (“buena alternativa”) y son recomendadas. En Chile, cerca del 55% de la producción de salmón (tanto de su especie salmón atlántico como salmón coho) está certificada bajo el estándar ASC. “Por lo tanto, sería incorrecto afirmar que el estudio del Seafood Watch no recomienda consumir salmón cultivado y producido en Chile”, sentenció Davidovich.
En segundo lugar, el ente gremial hizo hincapié en que por primera vez desde 2018, una región de Chile completa, Magallanes, está calificada como amarilla (“buena alternativa”) para el salmón del Atlántico, subiendo de calificación desde el nivel rojo, según el Seafood Watch. “Esto es una clara señal de progreso y demuestra los esfuerzos y el compromiso de las empresas salmonicultoras para avanzar en una producción más sostenible, reducir el uso de antibióticos y también con la transparencia en la entrega de información para la evaluación técnica”, puntualizó la ejecutiva del gremio que reúne a más del 50% de la producción de salmón de Chile.
Específicamente respecto del salmón atlántico, además, el informe del Seafood Watch evaluó 27 zonas geográficas en seis países donde se cultiva esta especie, calificando en rojo a 19 de ellas (70%), encontrándose así áreas en rojo también en países como Noruega o Canadá. Por ejemplo, en Noruega 10 de 13 sectores geográficos tienen calificación roja y en Canadá, 3 de 4 sectores geográficos tienen la misma calificación. Esto, según Davidovich, indica que los desafíos sostenibles en el cultivo de salmón atlántico (uso de antibióticos, uso de pesticidas para combatir el cáligus, evitar los escapes, entre otros) son transversales a los países y no son exclusivos de Chile o de las empresas chilenas productoras de salmón.
Aun así, queda camino por recorrer, ya que lamentablemente, tanto el cultivo de salmón atlántico -no certificado aún bajo ASC- en dos de las 3 regiones evaluadas (Los Lagos y Aysén) así como el cultivo de salmón coho en las tres regiones de la macrozona sur siguen calificados como rojos, pero cada una por distintas razones y, pese a aquello, cada especie muestra avances.
En esa línea, desde el Consejo destacan cómo el propio historial de reportes del Seafood Watch muestra que la industria ha reducido el uso de antibióticos en un 40% desde que se inició la colaboración en 2018. Por lo demás, respecto a la calificación en rojo del salmón coho –especie que prácticamente no utiliza antibióticos ni antiparasitarios dada su resistencia natural a bacterias y otras infecciones- ésta se debe a los escapes ligados a la especie en los últimos diez años y la falta de evidencia científica robusta sobre la inocuidad o no de estos escapes de salmón en los ecosistemas marinos. Una vez que esto se determine, el salmón coho podría avanzar desde el rojo al amarillo, o incluso al verde, acotaron desde el Consejo del Salmón.
En opinión de la Directora Ejecutiva del Consejo del Salmón, “pese a que los resultados del índice no son lo positivos que nos gustarían, sí vemos buenas señales en el reporte y que demuestran los años de esfuerzo que como industria hemos dedicado a gestionar los mares y los peces sosteniblemente. Sabemos que los cambios significativos toman tiempo, y como industria, estamos comprometidos en hacer los ajustes que sean necesarios para seguir mejorando nuestros estándares y hacer del salmón chileno un producto aún más sostenible”, cerró Davidovich.